Quemare mi más calida inocencia
evitando que te alejes con premura,
con la calida brisa y en la levedad de la nada.
Y aunque sombríos y lúgubres momento me rodean,
se que las aves trinaran en la mañana.
Quemare mis sueños en tus sueños
y veré tus labios humeantes como brasa,
como estrellas brillantes en el alba,
son fútiles rubíes de cometas
extrañas lagrimas de plata.
Sobre islas y hojas amarillas
cuales trozos de romances y de alas.
Como el valiente adalid de tus promesas
Domare los vientos por confusos senderos de la playa,
buscando en cada roca tus recuerdos
Y el aroma a jazmines de tu alma.
Seré bruma como tu,
y lejanía,
de místicos encuentros,
de légamo y de piedras,
de huracanes,
de espumas y de ladridos
de canciones olvidadas y de cuerdas.
Llego la lluvia con su tul y sus aromas
escurriéndose en la verde enredadera,
sobre flores del aire, nidos vacíos,
parques silencios y hiervas secas.
Al fin todo será olvido en el olvido,
y nuestros sueños fríos en la nada
flotaran juntos con la muerte a la deriva,
no pudiendo ser felices entre palabras.
Agoniza nuestro amor en este encuentro,
ya no habrá recuerdos ni mañanas.-