Estas lejos de mi y estoy tan cerca
de la suavidad de tu rostro al áspero invierno,
en tu crisol de risas y miradas brillantes
formas sutiles, aromas melosos, ligeros atuendos.
He cruzado por sendas escabrosas
recorriendo dos tercios del camino,
espinas y miedos tallaron mis manos,
sin anhelos heroicos ni aventuras
abandono el decoro y la ignominia.
Este olvido silencioso es mi morada,
mi idilio la tristeza, el cansancio, la decidía,
tu la luz de la luciérnaga que hirió la noche,
tu la nube viajera,
yo el sendero sombrío.
Quedare taciturno en tu partida,
viajaras rauda por silenciosos pasajes,
y al final cuando regreses
de amarguras llena y de rostro frío,
hallares la casa de tus metas,
vacía , melancólica y minúscula,
corroída por el tiempo,
solitaria, húmeda, marchita,
con los muebles rotos, deslucidos,
desde nuestra cama de soledad y de desdichas
mi alma habrá partido.-